¿Qué es un Coach Neuroespiritual?

En el siglo XV, en la vieja Hungría, a orillas del Danubio, existía un pueblo llamado Kocs. Esta población situada a 70 kilómetros de Budapest se transformó en un lugar de tránsito entre Viena y Pest. Esta ciudad, se hizo muy famosa porque allí se construía uno de los mejores carruajes de caballos del todo el mundo, pues tenían la particularidad novedosa de estar provistos de suspensiones de muelles, lo que hacía que los pasajeros tuvieran un viaje mucho más cómodo entre estas dos ciudades. Por esta razón, se comenzó a hablar de los “kocsi szekér”, es decir, de los “carruajes de Kocs” como símbolo de excelencia. Por lo tanto la palabra coach (coche) es de origen húngaro, pues proviene del nombre de la ciudad de Kocsi, dicha terminología paso al idioma alemán como kutsche, al italiano como cocchio y al castellano como coche, por lo tanto, etimológicamente un coach sería alguien que acompaña a otro desde el lugar donde se encuentra, hacia otro lugar en el que querría estar.

Un coach es una persona que domina la ciencia-arte de observar, escuchar e indagar, esto le permite obtener información precisa y de calidad, de tal manera que por medio de este proceso o acompañamiento profesional, la otra persona (llamada coachee) u organización, pueden identificar sus propias limitaciones y encontrar opciones para solucionar o gestionar sus propios problemas o definir objetivos, entre otras tantas cosas.

Aclaramos entonces que un coach no da respuestas ni consejos, sino que su tarea consiste en guiar o acompañar profesionalmente para que la otra persona u organización puedan advertir cuales son las diferentes opciones de las que disponen, pudiendo elegir la que consideren más conveniente en ese momento, por eso se dice que un coach no trabaja con su propia agenda, sino más bien con la agenda de quien lo consulta, empoderando al otro, ya que de alguna manera, este proceso tiene la virtud de sacar a relucir los talentos que esta persona u organización ya poseen, liberando la potencialidad del consultante e impulsándolo a adoptar una actitud proactiva.

A partir de que este saber se comenzó a expandir por todo el planeta, y sobre todo, habiéndose utilizado mucho en el ámbito del deporte dentro del mundo anglosajón, surgieron y hoy en día existen diferentes perfiles o modelos de coaching, desde el sistémico, pasando por el ontológico, y muchos otros más, que encaran esta tarea desde distintas ópticas a pesar de que todos persiguen el mismo objetivo.

Ahora le propongo pensar en lo siguiente, la figura del director espiritual se encuentra presente en todas las religiones, y son aquellas personas que dentro de determinados contextos religiosos, poseen conocimientos profundos sobre su religión y al mismo tiempo tienen la cualidad de tener una elevada espiritualidad, la que tal vez podría medirse objetivamente con una cierta inclinación a hacer el bien, mediando una coherencia de vida entre lo que piensan, dicen y hacen, de modo tal que toda su fisiología, su respiración, su postura corporal, su volumen y ritmo de voz, etc., es perfectamente congruente con esa idea.

En este sentido y conforme al razonamiento que venimos desarrollando, un director espiritual, en definitiva, es un coach espiritual, y si a las cualidades de un coach espiritual las complementamos con el aporte que han brindado y que brindan diferentes ramas científicas, un coach espiritual se puede transformar en un Coach Neuroespiritual.

Entonces para nosotros, un Coach Neuroespiritual es alguien que realiza la tarea de un coach, teniendo en cuenta los aportes que permanentemente las diferentes ramas científicas nos están brindando, y al mismo tiempo, enriquece su tarea con la sabiduría y la luz que han arrojado y arrojan las reflexiones de los grandes maestros espirituales de la historia, luego de haber transitado por un profundo trabajo de desarrollo personal, lo que le permite manifestar ciertas virtudes y coherencia de vida orientada hacia el bien, entre lo que piensa, dice y hace, de modo tal que toda su fisiología, su respiración, su postura corporal, su velocidad y ritmo de voz, etc., se presenta en forma perfectamente congruente con esa idea.